miércoles, 9 de septiembre de 2009

El valor de la palabra empeñada y los deberes de funcionario público



Desde tiempos muy remotos no había cosa que tuviera más valor que la palabra empeñada por los hombres de bien. No hacia falta escritos ni convenciones lo dicho era ley, máxime si se trataba de un soberano. Si el rey lo decía para bien o para mal era ley en todo el reino y se cumplía y se hacia cumplir hasta pagarlo con la vida si era necesario.
Luego los tiempos fueron cambiando (no digo evolucionando ya que seria darle una consideración de valor que no quiero) el soberano fue cambiado por un cuerpo colegiado que redactaba sus decisiones en forma de ley y también era cumplidas y se hacían cumplir cayendo todo el peso de la ley sobre aquel vulgo que se atreviera a contradecirlos.
Hoy después de tanta “civilización” de por medio, algunos gobernantes no sólo no tienen palabra como hombres de bien sino que no cumplen ni se preocupan por hacer cumplir las leyes. Miremos sino un sólo ejemplo, que para muestra hace falta un botón, de nuestro soberano el intendente, no sólo se da el lujo de mentirles a los ciudadanos que esperan llegar a su tan ansiada solución habitacional cumpliendo todos los pasos legales y administrativos impuestos sino que también no cumple ni hace cumplir la ley de presupuesto (en donde se encuentran presupuestados los fondos de nación para la infraestructura necesaria para estos vecinos) ya que no se tramitan los ejecutados ni se licitan los que tienen aprobación técnica de nación, y tampoco se cumplió con el espíritu de la ley de emergencia habitacional provincial por lo que se perdieron la asignación de dicho fondos para el futuro.
Si tienen dudas pregunten a los vecinos del Barrio Alakalufes II que hace algunos (los pioneros) ya cuatro largos años que esperan una respuesta y después preguntan por que hay “intrusos” (para mi ocupantes de tierras fiscales en esta ciudad).
El intendente no hace más de dos meses les dijo ( no lo llevaron a un acta porque según el es un “hombre de palabra”) que el único problema por el cual no se avanzaba con las obras era la medida judicial que lo impedía solicitando a los mismos que intervinieran e hicieran saber al Superior Tribunal sus necesidades. El mismo hace unos quince días les solicitó a través de sus funcionarios que nuevamente intercedieran pero esta vez con la Legislatura Provincial para que se vuelvan a afectar fondos para la ley de emergencia habitacional porque sino no había fondos para seguir con las obras de urbanización.
¿Dónde quedó su palabra Sr. intendente?
¿Por qué no cumplió con la ley de presupuesto e hizo administrativamente todo lo que había que hacer para que llegaran los fondos de nación?
¿Por qué después de un año de demora judicial aún no está la municipalidad en condiciones administrativas de licitar las obras que faltan?
¿Por qué no ejecutó los fondos de la ley de emergencia para la generación de nuevo suelo urbano?
¿En qué se dilapidaron los fondos asignados por la Ley Provincial de Emergencia Habitacional?
Son muchas las preguntas, y las respuestas que se deben se esperan solo con actos, los vecinos no creen más promesas quieren y exigen sólo su derecho constitucional a una vivienda digna y esa debería ser su preocupación primaria y la de todos sus funcionarios si es que aún les preocupa cumplir con los deberes asumidos al jurar la carta orgánica municipal.


Andrea Ontoria

No hay comentarios:

Publicar un comentario