domingo, 6 de septiembre de 2009

“…A menudo nuestros hijos se nos parecen…”


Cuando hoy almorzábamos, nuestro hijo mencionó el tema de la felicidad y el dinero. Es muy cierto el refrán que dice que el fruto no cae muy lejos del árbol.

El sistema capitalista en el que estamos inmersos hace que el consumo se retroalimente constantemente. Si uno tiene un auto le imponen comprarse uno más nuevo o tener dos aunque uno quede muchas horas del día sin uso o por más que el que posea cumpla con todas las condiciones que uno necesita. Es asombroso como se ha impuesto la utilización de celulares, hasta un niño posee, aunque uno se pregunte si existen motivos para utilizarlo o mucho menos poseerlo. En esa tendencia van las notebook, donde la mayoría que las posee no las necesita.

Volviendo al tema del almuerzo y del dinero se planteó que el mismo es finito, o sea se tiene una cierta cantidad fija y la misma tiene que alcanzar para cubrir todas las necesidades que uno posee. A esto nuestra hija expresó: “…entonces si la cantidad de dinero es fija, para que algunos tengan mucho, otros deben tener poco…”y efectivamente en la coyuntura en la que hoy vivimos la acumulación de riqueza trae aparejada mucha pobreza. La riqueza material trae consigo pobreza y el consumo por el consumo mismo. Una cosa es utilizarlo y otra es consumirlo. Una es necesitarlo y otra tenerlo. El otro tipo de riqueza es el tiempo disponible, en esta carrera por trabajar cada vez más horas, de tener varios celulares y no dejarlos de atender en altas horas o en lugares poco ortodoxos, hace que hoy en día la esclavitud sea con cadenas impalpables. Otro tipo de riqueza es la de los sentimientos y nuestro entorno, porque si no tenemos con quien

compartir nuestros logros diarios, de que nos sirven los mismos.


¿Nos sirve tener muchos bienes materiales si no podemos compartirlos?

¿Nos sirve vivir en una mansión en el medio de un barrio pobre donde haya que cuidarse del vecino por miedo al robo?

¿Sirven los barrios cerrados si se cierran para diferenciarse o cuidarse del otro?¿Sirven los bienes materiales adquiridos en una pareja si el individualismo (impuesto por el sistema en el que vivimos) muchas veces nos ciega, fomenta peleas y separaciones, no permitiendo que veamos el amor existente entre ambos?

A lo comentado nuestro hijo dijo “…nosotros somos muy felices porque estamos juntos, nos queremos, tenemos una linda familia, papá y mamá pueden pasar mucho tiempo con nosotros…”.

En qué parte de la vida se comienzan a nublar los pensamientos tan claros que poseemos cuando somos niños (no contaminados con los medios masivos de comunicación), en qué momento dejamos de tener tan claro las necesidades básicas de un ser humano para satisfacerse y ser feliz.

Los chicos lo tienen bien claro, no solo se completa la felicidad con su autosatisfacción sino que siempre se divierten mejor en grupo.

La mejora de la vida individual solo se da si la mejora existe en lo colectivo, por eso la participación de todos es extremadamente importante.


Christian Hervias

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